Aunque te Prendan Fuego, ¡Florece!
- Lisbeth Vargas
- Jan 6
- 2 min read
Una mañana pasaba por el campo y note que habían quemado un gran pedazo del terreno, el cual había quedado en cenizas. Al día siguiente, volví a pasar y vi como la hierba volvió a brotar con un color verde vibrante y me puse a pensar en cuán resistente y resiliente era aquella hierba del campo y lo que había sembrado antes.

Me comparé con este campo. Para trabajar la tierra que se ha vuelto infértil o aquella para que dé mejores frutos, muchos agricultores tienen que quemar sus campos, así pueden quemar lo que les echa perder sus cosechas. También tiene que arrancar la mala hierba, eso que impide el crecimiento y que se den los mejores frutos, la mejor hierba, los mejores vegetales, y un sin fin de semillas sembradas con el propósito propuesto. Entendí que aquella hierba que fue quemada tenía raíces fuertes y firmes en la tierra que la nutría.
Así somos nosotros mismos, pasamos por esos procesos donde la mala hierba, malas experiencias marcadas de emociones negativas, falta de perdón, tristezas, entre otras cosas nos traen estancamiento, desaliento y nos paralizan. Los seres humanos, tenemos la capacidad de volver a reverdecer aun después de quedar en cenizas. Tenemos esos valores firmes que nos dan el coraje, la valentía y el ingenio para ir por encima de todo pronóstico o circunstancia.
Se que hay sucesos imprevistos que no podemos evitar que lleguen a nuestra vida, disfrazada de fracaso, dolor, pérdida, engaño, etc y sentimos que ardemos en llamas como ese campo, dejándonos en cenizas. En medio de la encrucijada y las cenizas se manifiesta algo como esa hierba que fue quemada en el campo, hay una raíz viva sembrada en esa tierra lo suficientemente fuerte que se aferra a la vida, a la esperanza, a la fe; que decide seguir creciendo aún más fuerte, vibrante y hermosa que antes. Sea cual sea tu situación, sea que enfrenten desafíos en tu negocio, salud, finanzas o familia; levántate con más fuerzas, más brillo y mejor que antes.
Para que veamos frutos, los mejores tiempos, comenzar un mejor año, hay que arrancar de nosotros la mala hierba, hay que permitirnos romper con lo que no nos permite crecer y dar lo mejor de nosotros. Puede ser que tengas que cambiar malos hábitos, tu entorno, o tus relaciones. Vamos a limpiar el valle de nuestra alma, todo empieza ahí. Vamos a traer orden a lo desordenado, vamos a sanar, soltar, quitar y atraer todo lo que sea necesario. No tienes que hacerlo todo en un día, haz pequeños cambios todos los días y verás que a largo plazo eso producirá un cambio y resultados enormes. Disfruta el proceso de esos pequeños cambios, no seas rígido pero sé disciplinado. La disciplina es la que nos conduce al éxito. No temas fracasar, aprende cuál es el mejor método que te funciona a ti. Celebra tus logros y date pequeñas recompensas. Este es tu año!!! Que la luz de Dios nos guíe, nos fortalezca, nos llene de fe, valentía, determinación y esperanza.

Tu amiga,
Lisbeth V.
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